lunes, 19 de enero de 2009

¿SEREMOS?

¿Será esta la primera vez que entreguen sus bocas a la pasión que los arrebata? O quizá… quizá, tal vez, sea esta la última vez que se puedan mirar a los ojos, con añoranza de tiempos mejores que supieran compartir cuando toleraban su mutua presencia, y hasta en algunas ocasiones, creían disfrutarla.
¿Le estará contando sus aventuras juveniles con fervor y gran encanto, imitando cuerpos de historias pasadas? O simplemente estará explicándole que su madre la quiere, que no quiso decir lo que dijo, que en el fondo, a su manera, mamá… “Mamá te adora gorda. Aunque odie todo de vos, a vos te adora”, con ademanes contundentes, a modo de convencer de lo inverosímil.
¿Será ese ardor en la mirada una profunda paz que lo sumerge en un mundo aterciopelado de fantasías y posibilidades? O la completa certeza de que no habrá castigo suficiente en esta tierra que pueda expiarle sus traiciones, y ella tan pura, ella tan ignorante, tan a su merced.
¿Existirá entre ellos esa agónica energía que todo lo arrastra, hasta perderse en ambos las esencias más profundas de aquello que fueron antes de encontrarse, para fundirse en una sola miel, una sola caricia, una sola, uno solo, solo eso? O quizá no, quizá solamente sea la desesperada soledad que de tanto en tanto se repara del frío en brazos de algún amante volátil y perezoso de coraje.
¿Serán? ¿Seremos?

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